Buscar este blog

martes, 6 de mayo de 2014

Componentes y variedades del mar Mediterráneo.

El mar Mediterráneo es uno de los mares del Atlántico. Está rodeado por la región mediterránea, entre Europa meridional, Asia occidental y África septentrional. Con aproximadamente 2,5 millones de km² y 3.860 km de longitud, es el segundo mar interior más grande del mundo, después del Caribe. Sus aguas, que bañan las tres penínsulas del sur de Europa (Ibérica, Itálica, Balcánica) y una de Asia (Anatolia), comunican con el océano Atlántico a través del estrecho de Gibraltar, con el mar Negro por los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos y con el mar Rojo por el canal de Suez. Es el mar con las tasas más elevadas de hidrocarburos y contaminación del mundo. El mar Mediterráneo se formó a partir del mar de Tetis, de mucha mayor extensión que el Mediterráneo actual, y fue disminuyendo a medida que la placa Africana se aproximaba a la Euroasiática. Hace unos 60 millones de años, a comienzos del Terciario, el mar de Tetis, antecesor del Mediterráneo, inundaba gran parte del norte de África y Europa, que en aquel entonces no era más que un archipiélago de islas. Durante el Terciario, el mar de Tetis se fue estrechando por el este hasta que se formó una gran cuenca marina casi separada del océano abierto. Esta cuenca abarcaba en una misma masa de agua al Mediterráneo. Pero por occidente el Mare Nostrum seguía conectado a mar abierto a través de superficies hoy en día emergidas del sur de la Península Ibérica y el norte de Marruecos. Hace unos 6 ó 5 millones de años, el Mediterráneo se desecó al quedar desconectado del océano Atlántico, un acontecimiento conocido como la crisis salina del Mesiniense. Este fenómeno generó enormes depósitos de sal en el fondo del Mediterráneo y disminuyó la salinidad del océano global. Conservación del mar Mediterráneo. La legislación europea en materia de medio ambiente es prolija en la definición, mediante la (directiva Hábitat) y su ampliación con la directiva de medidas de protección del medio ambiente y de espacios diseñados para tal fin, como son los lugares de interés comunitario, las zonas especiales de conservación, además de mediante otras directivas como la de aves, la directiva que define los entornos o Zonas de Especial Protección para Aves; ambos interrelacionados mediante la Red Natura 2000. En materia de convenios suscritos entre estados, estos carentes de obligaciones legales en cuanto a cumplimiento, afectan al mar Mediterráneo de distinta forma: el convenio sobre la diversidad biológica de Río de Janeiro; el convenio sobre el comercio de especies amenazadas de fauna y flora silvestres ; el Convenio sobre la conservación de la vida silvestre en Europa y de los hábitats naturales; el convenio sobre la conservación e las especies migratorias de la fauna silvestre; sobre la conservación de humedales; y el convenio para la protección del Mar Mediterráneo.España firmó en 1995 el “Protocolo sobre Zonas Especialmente Protegidas y la Diversidad Biológica en el Mediterráneo” y adoptó un año después, en Montecarlo, sus anexos. Según este Protocolo cada Parte Contratante debe establecer Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo en las zonas marinas y costeras. En el marco de la gestión de la diversidad marina, algunos autores califican negativamente la situación jurídica del mar Mediterráneo: "La situación jurídica del mar Mediterráneo, que se adivina relativamente compleja, convierte el régimen de conservación de la biodiversidad marina en una normativa fragmentada e inadecuada. Solamente con el fomento de mayores esfuerzos de coordinación, sería posible el desarrollo de un régimen jurídico integrado de conservación sostenible de la biodiversidad marina y pesquera"